Y de desayunar, ghosting

Ahora mismo, parezco ese capull0 que te habla todos los días y, de un día para otro desaparece sin dar señales. 

Ese mismo que, en unos días, aparece como si no hubiera pasado nada para reconquistar tu cariño.

Que te contesta a la pregunta de hace semana y media como si la hubieras hecho hace 15 minutos.

No, no te estaba haciendo ghosting. Al menos, a propósito.

Y sí, alguna vez lo he hecho. Como tú.

No te hagas el digno ahora.

Después de no haber aparecido en casi una semana puede traer dos escenarios:

sorpresa y alegría al ver de nuevo mi email y repunte en la tasa de apertura…

ó…

correo que cae al vacío y es de recaptación de atención.

Por eso vengo con esta táctica. Táctica que puedes aplicar a tu ghosting semanal:

Hoy aparezco solamente con promesas de futuro.

Mañana, te cuento la historia de la empresa de los 800.000€ anuales que te debo.

Y no solamente eso.

Además, te cuento por qué narices he estado tantos días desaparecido.

Y no, no tiene nada que ver con la fiebre ni estar malito.

Nos vemos en la próxima reflexión.

O no.

P.D. ¿Cómo no vas a abrir el correo de mañana? Así, es como los sinvergüenzas que te dejan en visto vuelven a engancharte.