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Un incidente que me ocurrió y muy poca gente conoce
Hoy te cuento la consecuencia que tuvo uno de mis mayores picos de estrés que muy pocas personas saben y por qué deberías tomarte en serio esto de gestionar el estrés.
Hace un par de años afronté lo que hoy es mi mayor pico de estrés en lo que llevo de vida.
Profesional.
Y personal.
Las dos.
En mi anterior trabajo, compaginaba dos puestos diferentes al mismo tiempo. Era director de un centro deportivo por uno y parte del equipo de operaciones nacional por el otro.
Dirigía mi centro y daba asistencia remota y presencial al resto de centros y personas de la organización.
En mi última andadura, tuve el placer de abrir (en mi opinión) el mejor centro que tenía la cadena. Sin descuidar mis otras funciones y encadenando con otras dos aperturas.
Si algo me caracteriza y me seguirá caracterizando (aunque intente que no lo haga) es que no sé decir que no a las cosas. La presión, las tareas, la carga me hace sentir vivo.
Saca mi mejor versión. Sin esa presión, mi energía se dispersa.
Hasta que abrí ese gimnasio.
Lo que voy a decirte hoy lo saben pocas personas.
Acumulé muchos días sin dormir bien.
Muchísimas horas de trabajo, estímulos, presión y encajes que cuando abrimos las puertas, me pasó una cosa muy rara.
Me costaba formular frases completas.
Me trababa al hablar.
El director de un centro, que es la insignia número uno de la venta y que en esas fechas no para de vender y/o politiquear, se trababa en cuanto la frase sobrepasaba las 8 palabras.
Tenía que parar, respirar y seguir hablando.
Tardé una semana en recuperar el habla de una persona normal.
Ahí me acordé de muchas cosas sobre la gestión del estrés que había aprendido pero que no utilizaba porque: “A mí no me hacen falta, estoy hecho un toro”.
Esta semana vamos a ver algunas.
A lo largo de esta newsletter hemos visto y veremos muchas más.
Pero lo importante es lo siguiente:
Que cojas la que mejor te venga y empieces a tomártelo en serio.
Esta mierda no avisa y te golpea cuando menos te lo espera (y peor te viene).
Chao!
P.D: es el momento de invitar a la lista a esa persona que es un estrés con patas. O de reenviarle el correo como indirecta.