• El Efecto 1%
  • Posts
  • Un bebé ratifica una máxima de persuasión

Un bebé ratifica una máxima de persuasión

Y estoy orgulloso de que sea mi hija

Hoy voy a explicarte por qué un bebé tiene la clave del comportamiento humano durante toda su vida y cómo puedes utilizarlo a tu favor para conseguir lo que quieres.

Donde sea.

Como sea.

Una de las máximas de la persuasión y de la venta, expuesta por un bebé de 4 semanas.

Al lío.

Tengo la gran fortuna de haber sido padre hace poco más de un mes es una experiencia de lo más maravillosa.

De verdad.

Con sus cositas, pero maravillosa.

Cositas como dormir poco y, en ocasiones, pasar horas intentando que una pobre criatura que no para de llorar y no entiendes muy bien por qué (una vez has cumplido con lo básico).

En esos ratos, empiezas a sacar un repertorio de tonterías y de recursos de lo más variopintos con la intención de que, alguno, en algún momento, haga que tu hija se calle.

Pues bien. En este proceso de intentar acallar a una criatura, he podido observar cómo reacciona un cerebro virgen. Primitivo. Sin moldear, ni madurar del todo.

He podido observar cuándo hace caso a algo y cuando no. Por qué a veces una tontería pasa desapercibida y, a los 5 segundos, hace que se quede callada o, incluso, dormida.

¿Sabes cuál es el patrón?

Ninguno.

¿Sabes cuál es el secreto de que funcione lo que estás intentando?

La maldita repetición.

Puedes estar con el “shh, sshh,” 20 minutos sin ningún resultado y, de repente, sus ojos se abren como platos, el sonido entra a la parte del cerebro que tenía que entrar, y reacciona.

Y eso mismo pasa cuando somos adultos. Pero lo sabemos disimular mejor.

Es el poder de la repetición.

La repetición tiene algo mágico que genera confianza, autoridad, cariño y, además, acaba encontrando la mejor oportunidad de penetrar en la mente de la otra persona.

En eso se basa la estrategia de estos correos. En repetir. En estar siempre ahí. Hasta que llegue a conectar con cada uno de vosotros en el momento que toque.

Y, como es cosa de repetir, te voy a pedir que vuelvas al correo de ayer y le des caña a la votación. Volvemos a tener un empate.

Chao!

P.D: mañana te cuento (malas) novedades.