• El Efecto 1%
  • Posts
  • Siento decírtelo: tus padres tienen un favorito (y tu jefe también)

Siento decírtelo: tus padres tienen un favorito (y tu jefe también)

Si tienes algún hermano, quiero que sepas lo siguiente: tus padres tienen un favorito.

La gran mayoría de ellos no lo van a reconocer nunca. Tal vez no se lo quieran reconocer ni a sí mismos, pero es así. 

Es imposible no tener un favorito. 

¿Qué es lo que hacen para remediarlo?

Intentar tratar a todos por igual. 

Y, como todo en esta vida, hay gente que lo hace mejor y gente que lo hace peor. 

Ahora, pensemos en ti o en tu jefe: también tiene un favorito.

Somos personas y, por muy racionales que nos guste pensar que somos, el 99% de las decisiones las realizamos de forma emocional. No podemos evitarlo. 

Da igual el motivo: te cae bien, no te falla nunca, es el más espabilado, te transmite seguridad o, simplemente, es tu favorito y punto. 

Ahora, que lo tengas solamente significa una cosa: debes de prestar más atención a cómo te relacionas con el equipo y revisar las decisiones que tomas. 

Porque es muy fácil pecar de generoso o de laxo con los que te caen bien, y de exigente o duro con los que no te caen tan bien. 

Y que tu equipo se dé cuenta. 

Ayer, mientras comía, estuve escuchando un podcast donde entrevistaban a un negociador de la Policía Nacional. Hablaba sobre cómo el lenguaje corporal puede transmitir lo que sentimos en realidad, aunque no seamos ni conscientes. 

También sobre cómo persuadir a otras personas.

Y que no puedas controlar un microgesto de tu cara cuando te relacionas con tu bestie o con el que no soportas, te lo puedo comprar. 

Que no seas capaz de demostrar una equidad a la hora de manejar el equipo… hay que revisarlo. 

También hay que estar al loro para ver si te están toreando. No siempre eres tan simpático como te piensas y, algunos, lo que intentan es manipularte.

Revisa la forma en la que estás actuando, confirma cuántos de esos “privilegios” son realmente merecidos y cuántos se te han escapado sin querer y usa esta pregunta de vez en cuando: 

Si lo hubiera hecho Fulanito… ¿Actuaría igual? ¿Por qué no?

Si los motivos no son lo suficientemente fuertes… se te está viendo el plumero. 

Nos vemos en la próxima reflexión. 

O no.