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Tardebuena
Te suelo decir que, si te apetece responder a un correo, le des al botón y me cuentes qué opinas.
Bien, pues con el correo de ayer tuve un aporte muy interesante, que me gustaría traer.
Y lo voy a traer aquí, no sin acordarme de la típica frase de profesor de instituto que decía algo así como…
“Si estáis contando un chiste, contadlo en alto y así nos reímos todos”.
Esto no es un chiste, pero desde luego que es mejor que nos enteremos todos.
Vamos a ello.
En respuesta al mail bastante libertario que escribí ayer, nuestro amigo me vino a decir básicamente:
Todo lo que dices es muy bonito, pero al final lo que uno acaba buscando es tranquilidad. La buscas cuando no la tienes y, cuando la tienes, no la quieres soltar. Aunque los demás piensen que esa tranquilidad es una mierda. Y en esta búsqueda, hay muchas opciones que son saltos al vacío que uno no está dispuesto a asumir.
De acuerdo.
Cierto.
Correctísimo.
Y aquí voy a añadir un par de cosas:
La primera, es que considero que lo que buscamos realmente es seguridad. Es decir, estar en la certeza de que no voy a tener problemas para pagar la comida, la hipoteca, el colegio de los niños, la nevera que se acaba de romper…
Un ecosistema que aguante el ritmo de vida que tengo para no pasarlo mal.
La segunda, es que lo que piensen los demás, nos tiene que chupar un huev0.
En el ejemplo del colegón pastelero, el problema nunca es que lleve mucho tiempo en la misma situación. No es el oficio ni tampoco es el ritmo de vida que lleva. Da igual lo que pensemos los demás.
El problema del caso que te traje ayer es que él no quiere estar ahí.
Y no hace nada para cambiarlo.
Y cuando no hace nada para cambiarlo, me refiero a:
No ha echado currículums en ninguna parte.
No ha querido estudiar algo que le permita salir de ahí.
El riesgo de cualquiera de estas opciones es prácticamente cero y, aún así, tampoco se han tomado cartas en el asunto.
No es necesario colgar el sombrero y salir pitando al día siguiente.
Decidir saltar al vacío siempre que encuentres una situación que no te gusta no va a traer nada más que h0stias.
¿A qué viene la historia de que el salario fijo nos deja empanados?
A que, en demasiadas ocasiones, nos abrazamos a él a pesar de que el cuerpo nos está gritando que nos movamos.
Y no significa arrojarse a montar una empresa de palmeritas a domicilio.
Significa que, por muy bien que te estén pagando, te atrevas a buscar otra opción cuando estás viendo que necesitas escapar de ahí.
Puedes hacerlo sin riesgo. Puedes cambiar una cosa por la otra.
Puedes, simplemente, esperar con los ojos abiertos a que surja una oportunidad en algún momento para dar el salto.
Hay mil opciones de seguir adelante, y no esperes que sean instantáneos.
Solamente quédate con este mensaje:
Empieza a moverte.
Con esto, me despido. Es tradición en mi tremendo cuerpo pasar la Tardebuena con amigos y discutir de las cosas más variopintas entre cervezas y risotadas.
Con suerte, te traigo otra historia rocambolesca.
Pórtate bien esta noche.
Nos vemos en la próxima reflexión.
O no.
P.D: si te estás aburriendo en Nochebuena y estás aquí, puedes alterar el transcurso de la noche pidiendo opiniones sobre el tema. Es un tema que no deja a nadie indiferente y, oye, un poquito de picante a la cena nunca viene mal.
P.D.2: jamás procuraré que estés de acuerdo conmigo en todas las películas que cuento. Con hacerte reflexionar es más que suficiente. Saca tus propias conclusiones siempre de todo.
P.D.3: también puedes hacerme promo en la cena de hoy y meter a algún familiar a la newsletter. Que se apunte por aquí.