Reflexiones de un hombre libre. Día 17.

España es un país bipolar, desde sus raíces más profundas.

No lo podemos evitar, es algo que corre por nuestras sangres mil veces cruzada. Es un resquicio del imperialismo más absoluto y, al mismo tiempo, de la picaresca más rastrera.

Es de rojos y de fachas.

Es del sol de Andalucía y la lluvia de Asturias.

Es de pizza con piña o sin piña.

Es ser de Mahou o Cruzc… No, eso es broma 😂

Es de tortilla de patata con o sin cebolla.

Y yo sé que es un tema candente este último, pero… ¿eres de poner cebolla en la tortilla con patatas o no?

La cosa es que, por lo que parece, la tortilla con cebolla no es más que un subproducto que surgió en las miserias de posguerra.

Me he documentado lo justo ante esto que os estoy diciendo, la verdad, pero he dejado que Dabiz Muñoz y otro señor, que parecía muy sabido del tema, me dieran la información que aquí os traigo.

La tortilla española, la de siempre, ha sido únicamente con patata y huevo. Mucho huevo. Y, a raíz de la guerra civil y de las penurias que se pasan en esas épocas, la gente empezó a poner menos huevo, que estaba complicaete, y a ponerle cebolla para darle un poquito más de salero.

Loco, te voy a decir una cosa.

Qué gran idea.