Reflexiones de un hombre libre. Día 13.

Durante este fin de semana he escuchado en algún sitio, no recuerdo muy bien dónde, la historia de cómo Pixar transformó Disney y la salvó de una caída estrepitosa.

Es una historia que leí hace años y que tenía empolvada en la memoria, pero que me ha hecho conectar con varios puntos de mi entorno ahora con perspectiva.

Te resumo un poco la vaina.

Pixar Studios fue creado por Steve Jobs después de haber sido despedido de Apple. Este señor, al que despidieron de su propia empresa por ser un chalao, básicamente, compró una empresa que desarrollaba tecnología informática y la puso a hacer películas de dibujos.

Con sus dos cojones.

Pixar triunfó con el lanzamiento de Toy Story que fue un éxito total, tanto en lo técnico como en lo creativo, y colocó a Pixar en lo más alto de la animación digital.

Fueron pasando los años y Pixar fue colocando pepino tras pepino en taquilla mientras que, a su vez, Disney entraba en barrena. En 2006, Disney decidió hacer lo que hacen los peces gordos cuando uno pequeño saca la cabeza: comprarlo.

Así pues, Pixar entró dentro del grupo de Disney (que no olvidemos que estaba en decadencia absoluta) y, no solamente no se contagió de la cultura Disney, sino que exportó la suya propia a una de las empresas más grandes del mundo.

Hoy, Disney vuelve a estar en lo más alto.

¿Qué narices hace esta gente? ¿Cómo lo han conseguido?

En el libro de Creatividad S.A. puedes leer detalladamente la historia, pero básicamente se trata en que Pixar supo crear un ambiente de confianza total entre sus creativos.

Lo que ha llevado lejos a esta gente ha sido una cultura de trabajo colaborativo y una búsqueda de la excelencia constante… de verdad. No por quedar bien en su página web. Involucran a toda las partes involucradas en el proceso creativo (escritores, directores, técnicos de animación…) y buscan una cooperación total.

En primer lugar, para que esto funcione, han tenido que crear un espacio seguro ante el error. Esto significa que le han dado un concepto positivo al error, un tinte de aprendizaje, para facilitar que la gente se atreva a expresarse y a proponer cosas.

Partiendo de esta base de tolerancia al riesgo, crean lo que llaman “Braintrust” que es, básicamente, un foro donde se revisan los avances y se realizan críticas constructivas. Es importante recalcar que en ese foro había mucha gente de diferentes puntos del proceso involucradas y lo de críticas constructivas.

Con esto, han creado una fortaleza de equipo que les ha permitido llegar a lo más alto y, encima, contagiar a la empresa que les ha comprado. Se ha creado una sensación de “equipo” que no tiene comparación y que, al final, hace que los resultados lleguen.

¿A dónde me lleva todo esto?

A la vida empresarial que tenemos todos. A la gestión del equipo que he realizado y la que han realizado desde posiciones superiores.

Fomentar este tipo de ambiente es bastante complejo por la disparidad de ángulos que tiene el mundo laboral pero siempre hay alguna persona que despunta. Siempre hay alguien que perjudica acercarse a ese ideal de compenetración y, en cuanto se detecta, hay que eliminarlo.

Como lo estás leyendo.

Esto es una llamada para todos los líderes de equipos que sospechan o saben que hay algún integrante que pisa o vende a los compañeros, critica de más y crea un ambiente hostil. Cárguenselos.

Cualquier empresa se acaba levantando después de la salida de trabajadores que son buenos. ¿Cómo no va a reponerse de pérdidas de lastre?

Todos los grandes hitos de grupos de personas han ido precedidos por una gran cohesión entre los integrantes. Tu responsabilidad como líder es cuidar y velar por esa cohesión.

Aprovecha y reenvía este post a tu jefe para ver si reacciona.

Nos vemos en la próxima reflexión.

O no.

P.D: ojito, porque si no hay ninguna persona así en tu círculo laboral… ¡lo mismo eres tú!😂

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P.D.3: también consejos para tu jefe.