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Reflexiones de un hombre libre. Día 11.
Decadencia
¿Cuáles son los síntomas previos a la llegada de la decadencia?
¿Cómo podríamos saber, antes de estar envuelto en ella, si se está aproximando?
La decadencia no es más que otro estado en el paso de la vida. Es la fruta que está demasiado madura. Es el pájaro que se rinde a seguir volando. Es la persona anciana que no puede valerse por sí misma. Es el sistema político que se ha podrido con el tiempo y solamente sirve a intereses.
En un ciclo natural de vida, la decadencia es un estado previo a la muerte que, antes o después, tiene que llegar.
En eso estamos de acuerdo.
Ahora bien, nada tiene que ver la decadencia de aquel que lucha contra ella, que busca y empuja con su alma para seguir estando fresco, a aquel que decide dejarse llevar y hacer de su piedra un castillo.
Un ejemplo de lo más simple es nuestra propia salud. A partir de los 30 (aprox), el cuerpo fisiológicamente empieza a retroceder. El empujón de la vida ya no va a más y empezamos a vivir por inercia.
Entendemos inercia como la energía restante a la aplicación de una fuerza previa.
Y, en nosotros, la fuerza vital va disminuyendo: aparece la sarcopenia, disminuye la regeneración celular, baja el metabolismo… un montón de cosas que nos van indicando que ya no somos chavales.
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Ahora bien, la evolución que tengamos de los 30 a los 80 dependerá de lo que hagamos con nuestra decadencia natural. Hacer ejercicio, estar contento, comer saludablemente, no dormir, beber todos los días, vivir estresado… Cada decisión hará que la rueda vaya más rápida o más lenta.
Conscientemente, salvo los que tengan tendencias hacia el suicidio, nadie quiere acelerar su muerte ni el ciclo de su vida útil. Entonces, ¿cómo podemos frenar al máximo la inercia de la decadencia?
Como fase previa, es necesario voluntad de cambio. Nada se va a mover si no quieres, de primeras, que se mueva. No va a haber ningún cambio sustancial en nuestras vidas si no hay una voluntad lo suficientemente fuerte para provocar los cambios que son necesarios.
Suficientemente fuerte.
Ese punto es importante, pues antes de iniciar cualquier cambio hace falta ser sinceros con nosotros mismos: ¿Tengo las suficientes ganas de afrontar lo que esto implica?
Generalmente, no. La verdad vaya por delante.
Piensa, si no, en las últimas veces que has querido incorporar nuevos hábitos a tu vida, o has querido lograr algún objetivo en específico.
Cuando el esfuerzo empieza a ser evidente y los resultados no aparecen a las primeras de cambio, hay una regresión o un abandono del camino. Esto lo vimos en la reflexión del día 2: Quemen sus naves.
Así pues, antes de hacer nada: ¿Estás dispuesto a hacer los sacrificios que sean necesarios para cumplir con tu palabra?
Cuando la respuesta es sí, y empezamos a movilizar la energía del cambio, creo que lo más importante y lo que más nos va a condicionar es el entorno.
Si de verdad quieres frenar la decadencia en cualquiera de los ámbitos de tu vida, lo primero que tienes que hacer es habituar el entorno para facilitar el camino. La fuerza de voluntad y la motivación están muy bien, pero tienen una pila que se acaba antes de lo deseable. Para esos momentos, en fundamental tener un entorno que facilite seguir avanzando y no tenga muchas trampas en el camino.
Si quieres comer de manera más saludable, no tengas en casa bollería o comida ultraprocesada.
Si quieres dejar de beber o beber menos, elimina el alcohol en casa y reduce las salidas que estén relacionadas con el alcohol en los primeros pasos.
Si quieres dejar de ver la televisión por la noche y vives con tu pareja, será importante que le muestres los beneficios y vayáis los dos juntos por el mismo camino.
Si quieres ganar más dinero, muévete más con gente que hable de negocios y dinero y menos con gente que hable de fútbol.
Hoy es sábado y, si vives en Madrid, hace un día de perros. Si vives en Santiago de Compostela, seguramente también. Aprovechemos pues, este día de cobijo para sentarnos 15 minutos con un papel y un boli y preguntémonos, seriamente, dónde necesitamos actuar.
¿Qué partes de mi vida están en decadencia? Es decir, envueltas en la rutina y en no aportar nada bueno.
¿Estoy dispuesto a cambiarlo?
Dejar vivos en tu vida varios aspectos en decadencia notoria no va a hacer otra cosa que agrandar la bola y llevarte cada vez más abajo. Cuanto más tardes, más difícil será de corregir.
A por ello, mi chico.
Nos vemos en la próxima reflexión.
O no.
P.D: otro día hablaremos de la disciplina
P.D.2: si estás leyendo esto otro día o en un lugar donde haga buen clima, ajo y agua. Reflexionas al sol.
P.D.3: los días de lluvia también son buenos para suscribirse.