Reflexiones de un hombre libre. Día 10.

Anoche leí algo que me dio miedito.

Te pongo en contexto.

Hace unas semanas acudí con mi mujer a una comida por el centro de Madrid. Cuando terminamos, nos fuimos a dar un paseo antes de volver a casa y pasamos por delante de la típica tienda de libros alternativa.

Era una tienda de 3 alturas, donde en la mitad del espacio tenía que ir agachado y en las que mezclaba libros de todas las temáticas, formas y colores. Libros que no habían encontrado dueño a pesar de los años que andaban es sus espaldas.

Ya al final, cuando la torticolis empezaba a considerarse riesgo plausible, encontré un libro que se llama Historia de los griegos, de un italiano llamado Indo Montanelli que no echó mucho rato en pensar un nombre para su libro.

Como bien habrás podido intuir, en el libro aparece la historia de la antigua Grecia, desde la época anterior a Homero (lo poco que hay) hasta que los romanos aparecen con su nuevo poderío imperial.

Hasta la llegada de los romanos, los griegos fueron la civilización más potente del mundo, incluso con su filosofía de estados independientes (polis). Ellos son la base de mucho de lo que conocemos hoy en día y, en apenas 500 años sufrieron transformaciones sociales y políticas que hoy da vértigo leer.

La cosa es, que me voy por las ramas, que ayer leí uno de los motivos principales de la decadencia de la civilización griega y origen de su final.

Y se parece bastante a lo que estamos viviendo hoy en día.

Los griegos (atenienses para ser más concretos) siempre han tenido una vocación especial por el hombre completo y era habitual que, antes de ejercer cualquier oficio, los ciudadanos supieran de política, filosofía, matemáticas, gimnasia, artes… No concebían otra forma de evolución, pues un ciudadano que dominaba todas las áreas era un ciudadano que podía aportar y contribuir en la democracia.

Con el paso de los años y las constantes guerras con otros estados griegos o contra los persas, se fue evolucionando hacia la hiperespecialización. Es decir, los ciudadanos cada vez abandonaban antes su estudio global y se centraban más en su área: la guerra, la medicina, el arte…

Esto es un poco lo que estamos viviendo hoy en día. Cada persona elige su camino antes, eliminando varias asignaturas en el instituto que no le aportan a su futuro profesional y llevándole por un camino en el que cada vez va a tener una línea más reducida de acción y un círculo más pobre, puesto que estará rodeado de gente muy similar a ella.

¿Qué problemas puede tener esto? Los médicos ahora saben más, los científicos también, los entrenadores también… ¿Qué hay de malo en esta forma de evolucionar?

Pues lo que le pasó a nuestros coleguitas fue que cada vez se fue segmentando más la población, donde cada uno empezaba más a identificarse con su rol que con la comunidad y se hacían más evidentes las diferencias entre grupos; la ocupación de personas cada vez más especializadas en los puestos políticos, ya que cada vez había menos interés por la política y lo común, haciendo que un la élite ocupara los puestos de gobierno y se fueran alejando del bien público; y se creó una dependencia muy elevada de militares y comerciantes, siendo imprescindibles para que el estado continuara en marcha.

Este conjunto de casuísticas formó una sociedad rígida, segmentada y torpe que no pudo reaccionar ante los peligros que vinieron del exterior.

¿Te suena de algo?

Dos mil años después, estamos en un punto en el que los ciudadanos estamos cada vez más polarizados en cada temática, donde la mayoría de políticos son de carrera y cuyos fines son más individuales que colectivos y donde no hace falta mencionar la tremenda dependencia como país que tenemos de la Unión Europea o Estados Unidos.

No sé si estamos a tiempo de cambiar algo. No sé si vendrá el choque en cinco años o cincuenta, pero pinta en bastos.

Con unos caminos que son marcados cada vez en edades más tempranas y con la intrusión de las tecnologías, que nos muestran solamente aquello que nos gusta y nos interesa, es más importante que nunca que abramos el campo de mira.

Rompe el algoritmo de tus RRSS.

¿Por qué no vas a leer sobre biología si has estudiado derecho? ¿Por qué no vas a escuchar a alguien de izquierdas si eres de derechas? ¿Por qué no vas a saber matemáticas si eres periodista? ¿Cómo no vas a saber de ventas aunque seas médico?

No tengo mucho más que decir, salvo pedirte que salgas de la caja.

Un mundo de personas especialistas con insensibilización en los demás ámbitos hace que cada vez seamos más fáciles de gobernar.

Más fáciles de vender.

Más fáciles de engañar.

Más borregos.

En el enlace de la biblioteca puedes ya encontrar una pequeña variedad de libros o podcast de temáticas dispares, que irá creciendo con el paso del tiempo. Puedes, también, contestar al mail con alguna recomendación para que podamos verla en el futuro.

Aprovechemos para crear una pequeña burbuja de conocimiento y desarrollo.

Mañana, quizás sea tarde.

Nos vemos en la próxima reflexión.

O no.

P.D: haz ejercicio también, por el amor de Dios

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