Si necesitáis algo más, me avisáis

Esta es mi nueva gran frase durante, al menos, la próxima semana.

“Si necesitáis algo más, me avisáis”.

Esta es mi nueva gran frase durante, al menos, la próxima semana.

He estado hace poco en el hospital y, oye, una aventura sin parangón.

Estoy bien, no preocuparse.

Me he juntado con un montón de embarazadas para hacer la prueba del azúcar (yo no, mi mujer) en la que, básicamente, te dan una botella de agua con más azúcar del que eres capaz de digerir.

Y te lo tienes que beber y a esperar a ver qué te ocurre.

Un sinsentido.

La cosa es que hay riesgo de mareos, de náuseas, vómitos… Resulta que no te sienta bien meterte medio kilo de azúcar en 5 minutos.

Y, después de una media hora en ese estado meditativo azucarado, una señorita ha vomitado.

Lo normal.

La cosa es que llaman a la chica de la limpieza. Hay una piscina de néctar en mitad del hospital y alguien se puede quedar pegado si pisa eso.

Aparece a los 5 minutos una chica joven, rubia, con un pijama blanco y una fregona del tamaño de Madagascar.

Esta jovenzuela pasa el mocho rápidamente, sin mojar, observando que las marcas de azúcar no se quitan del suelo. Al ver que no se quitan, limpia más deprisa y dejándose sin limpiar varios proyectiles lejanos.

Levanta la mirada, pone la mejor de sus sonrisas y nos dice: “si necesitáis algo más, me avisáis”.

Y se va. Dejando todo hecho un desastre.

Qué maravilla de vida y de señora. A esa no le pillan en las trincheras de ayer.

De acuerdo que no queremos morirnos de estrés ni nada por el estilo, pero la opción contraria es todavía peor. Por favor, nunca caigas en esa desidia ni ese pasotismo.

El arte de hacer bien tu trabajo dice muchas cosas de uno mismo y de lo que proyecta hacia los demás.

Si no te gusta tu trabajo y te quieres ir, vete. Puedes irte a las bravas o quedarte hasta que encuentres algo mejor.

Pero mientras estés ahí, hazlo lo mejor que puedas y tu predisposición y energía estará en positivo. Estarás en el poder de capturar nuevas oportunidades.

Imagina que llevas 3 años mal en tu puesto de trabajo. Empiezas a caer en la desidia, pierdes el tiempo, haces las cosas a medias o despotricas con tus compañeros en general.

Vamos, que eres de los que caga en la oficina porque te pagan ese ratito.

¿En serio crees que vas a ser capaz de encontrar algo mejor cuando vives en esa actitud? ¿Piensas que, si lo haces, serás capaz de dar el máximo en la nueva oportunidad cuando tu trayectoria y tus hábitos son esos?

Oye, que si has llegado a ese punto, no pasa nada. De todo se sale.

Pero empieza ya.

Nos vemos en la próxima reflexión.

Y si necesitáis algo más, me avisáis.

P.D: te recuerdo que mi libro salió ayer en preventa. Pepino.

P.D.2: Para comprar, aquí.

P.D.3: si no estás suscrito todavía, dale, papá.