Llados tiene la llave del control del estrés

Que el estrés es muy parecido al algoritmo de TikTok, por qué te está jodiendo la vida y cómo lo puedes solucionar escuchando a Llados es lo que vamos a ver hoy de forma muy resumida. 

Empiezo con eso del estrés y el algoritmo de TikTok. 

De TikTok y de Instagram. 

De los dos. 

Estos algoritmos funcionan de tal manera que, cuanto más tiempo consumas cierto contenido, más te van a mostrar nuevas publicaciones relacionadas con el mismo tema. 

¿Quieres coches? Toma coches. 

¿Quieres gatitos? Te entierro en gatitos. 

¿Estás soltero? Te…

Mejor no le mires la “lupita” a un soltero. 

Resulta que el estrés funciona igual. Cuanto más interactúas con él, cuanto más tiempo pase en casa, más probabilidades hay de que acabe dejando el cepillo de dientes en tu baño.

Funciona de la siguiente manera: 

1. Empiezas a pasar mucho tiempo bajo periodos de estrés. En periodos de alerta. Tu bandeja de entrada echa humo, todos los plazos que tenías en el trabajo son para ayer, la niña lleva tres días quedándose sentada en el bordillo porque no llegas a recogerla al voley…
   
   La vida. 
   

2. Poco a poco, el cerebro empieza a entender que ese estado de alerta constante es lo habitual (como cualquier cosa en la vida). Si desayunas todos los días ColaCao con galletas, vas a mirar con cara de lástima la tostada con huevo que te han dicho que es más saludable.
   

3. El cerebro se empieza a preocupar de estar todo el día en alerta y empieza a subir los niveles de vigilancia. El estrés sigue siendo una respuesta puntual al entorno y esto de mantenernos días y semanas bajo estrés no lo tiene contemplado el organismo.
   
   Ahora, tu cerebro está más paranoico que los que iban a comprar papel higiénico vestidos de astronautas en pandemia. 
   

4. Como una madre sobreprotectora cuando su niño se pone a jugar al parque, tu cerebro está todo el rato mandándote mensajes de alerta:
   “Juan, que te vas a caer”,
   “Juan, te vas a hacer daño”,
   “¡Mira que te lo he dicho! ¡Que te ibas a caer!”,
   
   Pero cambiando el enfoque a tu vida presente: “No has revisado esto”, “Tengo que resolver lo otro”...
   

5. Acabas viviendo en este estado de forma permanente, aunque te vayas a la playa de Benidorm una semana a un hotel to’ pagao’

Es posible que te hayas agobiado solamente de leerlo.

Tranquilo, voy a traer a Llados el evangelizador para darte una solución:

Hacer focking burpees.

No es broma. 

Llados te dice que, cuando estés intentando no ser un maldito pobre con panza y te quieras comer un focking cruasán lo que tienes que hacer son burpees al fallo para que se te vaya el hambre.  

No me imagino a mi profesor de biología, que tenía una barriga como el anillo de Saturno, ponerse a hacer burpees para no zamparse el bollo, pero es un consejo que tiene sentido. 

Al interrumpir el patrón psicológico con una actividad física (caminar, sentadillas rápidas, respiraciones profundas, focking burpees…), haces un reset al cerebro.
Si eres informático, es como reiniciar el ordenador. Mágico.

Y esto es un conocimiento muy potente si lo sabes utilizar.

Qué tipo de ejercicios puedes hacer para romper el patrón, lo veremos otro día.

Hoy, te dejo buscando posibles situaciones donde parar a romper el patrón te vendrían bien y una lectura donde puedes profundizar sobre cómo funciona el cerebro en situaciones como esta:

Por aquí visitas mi libro Maldita Dopamina.

Por mi parte, con darle hoy algo de crédito al chorizo de Llados, he tenido suficiente. 

Chao!

_{P.D: estoy buscando a alguien que sea dueño de una clínica veterinaria. Si conoces a alguien o te llevas muy bien con tu veterinario (que resulta ser el dueño), mándame un correito y me lo cuentas.}