La técnica del Storytelling

Y conseguir lo que quieres de una forma sencilla

¿Sabes cuál es la técnica de manipulación más usada desde que el ser humano aprendió a juntar dos palabras y convencer a otro de algo? 

Encontrar un enemigo. 

Crear un malo de la película. Sacar un culpable a patadas si hace falta.

La gente no sigue a líderes porque sean genios, visionarios o tengan abdominales perfectos.

Aunque nunca vienen mal.

Los sigue porque esos líderes les dan un enemigo claro y fácil de odiar. Algo o alguien contra quien unirse, formar piña y sentirse parte de algo más grande.

En política, el enemigo de hoy se esconde detrás de los fachas, los comunistas, los el patriarcado, la partitocracia... 

En el mundo de los negocios, es "la competencia que no entiende tus necesidades". 

Y en la salud y la nutrición, es cualquier cosa que no encaje con la narrativa del que te quiere vender algo.

- Comer grasas te está matando.
- No, espera: son los carbohidratos.
- Error: es el gluten.
- Mejor aún: es todo lo que no sea un batido mágico que acabo de inventar y que puedes comprar con un 10% de descuento si usas mi código.

El storytelling funciona porque simplifica la vida a la gente. Les da una narrativa clara: un héroe (tú), un enemigo (los carbohidratos, el azúcar, los chicles…), y una solución milagrosa (el producto o servicio del que te quiero convencer).

¿El problema?

La vida no es así de simple. Te están vendiendo humo.

La realidad es más j0dida y menos rentable

El enemigo no son los carbohidratos, ni el azúcar, ni el huevo, ni tu dieta, ni tu madre porque te hizo un cocido con garbanzos. 

El enemigo es el caos y la confusión en la que te han metido con tanta información basura.

El problema no es que comas un chicle, sino que estés rodeado de mensajes contradictorios que te hacen dudar hasta de si deberías respirar (por aquello del dióxido de carbono).

Por eso, lo que realmente necesitas no es otro enemigo, ni otro gurú que te venda el elixir definitivo. 

Necesitas herramientas para entender tu cuerpo, tus necesidades y cómo cuidarte sin paranoia ni obsesión.

Yo, me voy a trabajar en esta movida. 

Tú, puedes darle al botón de responder para contarme en qué faceta andas más pez. 

Nos vemos en la próxima reflexión. 

O no. 

P.D.: Reenvía este correo a ese amigo tuyo que aún cree que los carbohidratos son el diablo.
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