- El Efecto 1%
- Posts
- Historia real: El hombre que sobrevivió a 438 días a la deriva
Historia real: El hombre que sobrevivió a 438 días a la deriva
Hoy hablamos de personas reales que ejemplifican la temática de la semana.
SI hablamos de propósito de vida, me sale de forma automática hablar de Viktor Frankz y su libro “El hombre en busca de sentido”.
Pero no lo voy a hacer.
Te traigo algo mejor.
Si vas a leer esto sin estar suscrito, pásate por el botón, que es gratis:
A ver, que sí.
Que no se puede ignorar a Viktor y lo que ha aportado al mundo en este campo.
Pero hablar de él es como hablar de Steve Jobs y Apple en el mundo de la empresa.
Huele a la legua.
Por eso, te traigo la historia de José Salvador Alvarenga, el pescador salvadoreño que sobrevivió 438 días a la deriva en el océano Pacífico.
Imagínalo.
Sales un día a pescar, como cualquier otro, y de repente una tormenta te arrastra mar adentro. Estás atrapado en un bote diminuto, sin motor, sin comida, sin agua potable.
Durante más de un año solo ves agua infinita a tu alrededor.
No sé tú, pero a mí no se me pasa por la cabeza que se pueda sobrevivir a eso.
Pues aquí es donde entra la idea central de Frankl: quien tiene un "por qué", puede soportar cualquier "cómo".
Y lo que mantuvo vivo a Alvarenga, querido amigo, no fue suerte, sino su propósito:
Volver a ver a su hija.
En ese infierno flotante, enfrentó todo lo que podía matarlo: deshidratación, hambre, insolación, tiburones, delirios, la pérdida de su compañero de pesca (que no resistió y murió a los pocos meses).
Pero en los momentos más críticos, cuando todo apuntaba a que debía rendirse, agarró su propósito con fuerza y siguió luchando.
Se alimentó de peces crudos, tortugas, aves que caían en su bote por accidente y hasta bebió su propia orina para no morir de sed.
No era el más fuerte físicamente, no tenía entrenamiento de supervivencia, no tenía un plan maestro…
solo tenía su porqué, y eso lo mantuvo con vida.
Después de 438 días y más de 10.000 kilómetros a la deriva, su bote encalló en las Islas Marshall. Contra todo pronóstico, sobrevivió. Y cuando lo rescataron, lo primero que dijo fue: «Quiero hablar con mi hija.»
El propósito no es un lujo, es una necesidad.
Es la diferencia entre seguir adelante o dejarte vencer.
Fíjate que no es necesario que sea algo épico, rimbombante ni nada por el estilo. Pero si no tienes un propósito claro, cualquier problema te parecerá el fin del mundo.
¿Has encontrado ya tu propósito?
Chao!
P.D: reenvíale el correo a quien le pueda venir bien.
P.D.2: ¡eh! Mañana hablamos de cosas serias.
P.D.3: el libro de Viktor está en la biblioteca
Si has llegado hasta aquí abajo, es que te mola el rollo. Deja aquí tu mail y lo hacemos todo más easy.