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Es ese maldito momento...
Reconozco que esta ha sido una de las series que más me está costando escribir.
Es difícil poner palabras, físicas, inamovibles y perennes, a un tema como este.
El cómo he conseguido hacerlo, sin volverme loco, te lo cuento al final.
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Es un momento. Un pequeño clic.
No sabes muy bien cuándo, ni por qué.
Tampoco hay una serie de preavisos en los que vas viendo que viene.
No.
Simplemente, sucede.
Hasta ese momento, podemos decir que somos jóvenes.
Jóvenes en el sentido más inocente de la palabra.
Jóvenes que solamente nos centramos en ser. En hacer. Porque nos apetece o, todo lo contrario, porque no nos apetece.
Con las nociones de bien y mal, de sociedad justa o injusta o de equilibrio y moralidad que nos hayan inculcado o nos haya llamado la atención.
Pero, rara vez, nos paramos a pensar en qué es exactamente lo que somos. De si realmente estamos haciendo lo que nosotros queremos o si, por el contrario, estamos en lo que el camino nos ha llevado a hacer.
Hasta que, un día, te empieza a importar.
A partir de ese momento, que puede ser a los 18 o a los 64, empieza a haber una búsqueda incesante sobre quiénes somos, qué se nos da bien, por qué estamos aquí y todas estas preguntas que nos acercan más a la metafísica y a la filosofía que a la universidad.
Es aquí donde arranca la búsqueda de un propósito.
A mí me dio el verano pasado, en la piscina de un hotel en Cádiz.
Después de haber comprobado empíricamente que, tras un año de decidir cambiar, seguía en el mismo sitio de siempre haciendo las mismas cosas de siempre…
… pero sin disfrutar lo que solía.
Aún no sé muy bien cuáles son mis respuestas, pero cada vez voy quitando más maleza al camino.
Os lo iré contando en los días venideros.
Si no te ha dado ese clic aún, tal vez te quedes un poco flipando con lo que vamos a ir viendo estos días. Es normal.
Si ya te ha dado, y sigues esperando respuesta, no esperes aquí una solución definitiva. Seremos dos amigos hablando en un bar:
Rara vez encontraremos una solución pero, sin duda, nos iremos más tranquilos.
Chao!
P.D: reenvíale el correo a quien le pueda venir bien.
P.D.2: sé que estoy muy pesado últimamente, pero esta historia también la cuento en mi libro al completo 😂