Elige cuándo ser rebaño y cuándo no.

No sabemos hacer las cosas solos. 

Es una lástima, pero la mayoría de personas necesitan a alguien que les guíe. Que les marque el camino. 

Es una lástima entre comillas, claro. Porque también puede ser una gran oportunidad.

La cosa es que, el mero hecho de confiar en que otra persona te va a guiar a conseguir tus resultados o a llevarte donde quieres ir, nos transmite automáticamente una sensación de paz, seguridad y nos produce beneficios inmediatos. 

Justo por el lado contrario, ser nosotros dueños al 100% de nuestro destino, aunque pienses que no, nos causa estrés y rechazo. 

Te voy a poner un ejemplo para que lo entiendas rápido. 

Todos estamos de acuerdo en que toda la clase política del país es una auténtica vergüenza. Te da igual el color. Son todos unos chorizos. 

Como pueblo, ya damos por hecho que nos van a robar. 

Que no van a cumplir con sus promesas. 

Y, aún así, no hacemos nada real para evitarlo. 

Unos se enfadas. Otros cambian de partido. Otros no van a votar. 

Pero solamente habrá una rebelión y un cambio real cuando haya otro movimiento al que seguir, que vaya en esa dirección. Otro líder al que seguir. 

Porque tomar las riendas por cuenta propia, da miedo. 

Lo mismo pasa en el trabajo. 

El otro día, hablando con la novia de un amigo, me contó que había dejado su último trabajo porque se había dado cuenta lo que era ser la jefa. 

“Ahora, soy yo la que tengo que dar las soluciones. Y eso es una tremenda mierda”.

Es normal que, en algunos aspectos de nuestra vida, deleguemos en otras personas el liderazgo.

Lo importante, es elegir bien. 

¿Quieres delegar tu educación al Estado o a una escuela en particular? 

No deberías.

¿Quieres delegar la tarea de lavar el coche a unos terceros?

Está correcto.

¿Quieres delegar el aprendizaje de cómo tener una vida saludable y un cuerpo fuerte?

Nos vemos en la próxima reflexión. 

O no. 

P.D: puedes reenviarle el mail a aquel amigo que creas que le puede venir bien.
P.D.2: si te quedas con ganas de comentar algo, solamente tienes que darle a responder y contarme lo que quieras.