El secreto que liberó mi mente (y no era más café)

Hay un error común que cometemos todos en nuestro día a día. El panadero que está a las 5 dándole fuertemente al horno, el asistente a dirección que toma nota de todo y el empresario que se ha hecho a sí mismo.

Y tú, claro.

Y yo, sí. También.

Puede parecer una ch0rrada, pero tuve un gran avance en mi vida profesional cuando retomé el uso de la agenda.

Esa que utilicé desde los 6 años hasta los 18 en el colegio.

La misma que, por rebeldía dejé de utilizar, junto con los polos y zapatos.

Volver a retomar la agenda me permitió liberar una cantidad masiva de recursos en mi cerebro que estaban siempre encendidos:

“Hay que hacer esto”.

“No te olvides que mañana tal”.

“Este día viene tengo comida con este proveedor”.

Mil historias que, aún sin ser consciente de ello, me mantenían alerta y aparecían en mi cabeza con urgencia de vez en cuando para recordarme algo.

Ya fuera de día o de noche.

Bien, pues a partir de ese momento, tuve un achuchón importante a la hora de organizarme, de avanzar con los proyectos y de tener paz mental durante el resto del día.

¿Es este el error que te decía al principio? ¿No apuntarse las cosas?

Negativo. El error es el siguiente:

Tener clara una lista de cosas que hacer y equivocarse con las prioridades.

Como ya te he contado anteriormente, he arrancado un negocio de consultoría y hemos empezado con los primeros clientes.

Empresas que facturan 50.000, 150.000 o 800.000€ al año.

Y en todas hemos encontrado un factor común:

Cuando uno está en el barro, preocupado de tirar pa’lante, se le pone una visión de túnel que solamente le permite ver lo inmediato, aunque no sea lo que produzca mayores beneficios o resultados en su vida o empresa.

Se gasta una cantidad enorme de tiempo, energía y recursos en cosas que no reportan nada o muy poco al objetivo final.

Y, en momentos así, viene de lujo parar y mirar durante un segundo por encima del árbol.

Mañana, te cuento qué metodología utilizamos para priorizar en nuestra vida o en nuestras asesorías, para que lo puedas aplicar tú también.

De momento, te dejo un enlace a nuestra web, para que hagas alguna de estas cosas:

1. La veas. Ha quedado bien guapa y, solamente con leerla puedes aprender algo.

2. Se la pases a tu colega que tiene una empresa o emprendimiento. Hay una cosa que se llama Sesión 3×1 que está bastante guapo.

3. Se la pases a otras personas que no tienen una empresa, pero que pueden rularlo y oye, darnos un poco de promo que nunca viene mal.

Lo dicho.

La página web es por aquí.

Nos vemos en la próxima reflexión.

O no.

_{P.D. seguro que hoy has mandado algún meme con un aprobado en gracia. Date una oportunidad de mejorarlo reenviando esto} 🙂