Demian

El salto al abismo del adolescente

Si has estado leyendo mis últimos escritos, habrás podido notar que estoy leyendo bastante sobre el autor Hermann Hess.

Comencé con el libro de Siddharta, recomendado por mi coleguita el Lean y, de ahí, fui tirando del hilo para seguir su obra.

En todos los títulos que he leído del autor, tiene una constante que es siempre la misma: la dualidad del ser en la misma persona.

Trata de diferentes maneras y con diferentes objetivos la capacidad que tiene el ser humano de ser incongruente. De ser luz y ser oscuridad. De amar y desear el orden y la estabilidad y, al mismo tiempo, estar atraído por el caos y la lujuria.

En este último libro que estoy leyendo, Demian, lo cuenta desde la experiencia más terrenal y absoluta: el salto de ser niño a ser adolescente.

En esos años, hay una lucha interior entre lo que está estipulado y lo que quieres. Entre lo que llevas años aprendiendo y lo que te pide tu fuero más interno.

No sabes muy bien por qué, pero hay una necesidad imperiosa de llevar la contraria a tus padres. De romper el sistema que te rodea. De abrazar lo malo que hay fuera en el mundo, aunque duela.

Así es como tiene que ser, si queremos dar el paso definitivo a ser adultos.

Así lo tiene estipulada la naturaleza para salir del nido y comenzar a labrar tu propio destino.

Pero qué perdiditos nos encontramos a partir de ahí, eh.

Después de esa etapa de rebeldía, donde rompemos los lazos que nos atan a papá y mamá, buscamos nuestro camino y, muchos, acaban en el primer sitio que no les rechina demasiado.

Y ahí, empiezan a caminar.

Meses. Años. Décadas.

¿Cuántas veces no has pensado: “joder, estoy harto de todo esto”, y luego has seguido tan tranquilo con la vida?

¿Cuántas veces tu fuerza interior te ha dicho que ahí no era y, sin embargo, la has callado para no meterte en problemas?

Esa dualidad del ser sigue estando en todas las facetas de nuestra vida y nos acompañará siempre… pero tenemos que aprender a entender cuál es la correcta en cada caso.

¿Sabes la típica historia de el señor de 55 años que deja su trabajo, su mujer y sus tres hijos y se va a recorrer el mundo?

No es que esté chalado (no del todo).

Es simplemente que ha taponado taaaanto su otra parte, la que decía qué es lo que le gustaba hacer y no seguía tanto lo que tenía que hacer, que llega un punto que explota y se desmorona una vida entera.

No sé en qué punto estarás tú y cuánta concordancia habrá entre la vida que llevas y la que te pide el cuerpo… pero nadie te lo va a solucionar.

Siéntate, háblate como la persona adulta que eres y expón qué cosas están bien en tu vida y qué cosas quieres cambiar.

No esperes a mañana.

Deja de postergar ya.

Nos vemos en la próxima reflexión.

O no.

P.D: chavalitos, penúltimo día de preventa. Vosotros sabréis.

P.D.2: libro de Demián, en la biblioteca, como siempre.

P.D.3: se lo puedes enviar a un amigo que crees que le puede venir bien.

P.D.4: si esto no te ha llegado al mail, te falta suscribirte.