Cállate la p*** boca

No os podéis hacer una idea de cómo tengo al algortimo de Youtube últimamente.

Con todo esto que me está pasando últimamente, estoy escuchando bastantes podcast de temáticas varias y, en la última semana, he caído bastante en podcast de gente dedicada a la venta.

La venta es algo que siempre me ha gustado.

De tú a tú. De mí, pa’ti.

La venta de escribir y de redes sociales todavía me cuesta, pero en ello estamos también.

La cosa es que llevo unos cuantos vídeos de entrevistas o clases de gente muy variopinta, dando lecciones de venta o contando sus experiencias.

Aquí, te vas a dar cuenta de que la venta es como las personas.

Variada como ella sola.

A unos le funciona una cosa. A otros le funciona otra.

Es normal. Cada uno acaba vendiendo como le es más natural, siempre y cuando consiga conectar con la persona que tiene enfrente.

Puedo asistir a mil clases de venta que, si me estás obligando a ser algo que dista mucho de mi personalidad, lo único que te voy a conseguir vender es la idea de que te alejes de mí.

Aún así, sí que hay varios factores que se mantienen en común y que deben de imperar en las decisiones que tomes como vendedor.

Adri, yo no vendo nada. A mí esto no me interesa.

¡No ni ná!

Cuando va a hacer una entrevista te estás vendiendo. Cuando le querías decir a tu madre de pequeño que estabas demasiado malo para ir al colegio estabas vendiendo. Hasta cuando convences a tu pareja de ir al restaurante que tú querías estás vendiendo.

Así que déjame darte un gran consejo.

Cállate la pu** boca.

Y escucha.

No hay mayor error cuando quieres vender algo que no escuchar y limitarte a soltar tu speech a lo loco, pensando que sabes lo que la otra persona está buscando.

O peor, estar callado dejando que la otra persona hable sin estar escuchando lo que dice.

Tu única misión en la venta es descubrir cuál es el motivo real por el que puedes convencer a esa persona y, cuando lo hayas escuchado, atacar por ahí.

Si te dedicas a vender algo constantemente, ya conoces tu producto a la perfección. Deja de pensar en lo tuyo y busca la forma en la que tu producto o servicio vaya a ayudar realmente a la persona que tienes delante.

El otro día escuche un ejercicio que hacían en una formación:

“Graba tu proceso de venta con las personas (para ti, luego lo tienes que borrar). Si ocupas más tiempo hablando tú que la otra persona, lo estás haciendo mal”.

Qué razón tiene.

Ojo. Que puedes vender igualmente tu producto si actúas como un papagayo. Pero que sepas que tú no lo estás vendiendo.

El producto ya se vendió solo antes y la persona ha ido a comprarlo.

No es lo mismo.

Así termino el discurso del lunes.

Si te dedicas a vender, prueba a hacer el ejercicio de preguntar y callar. Lo mismo te sorprende.

Nos vemos en la próxima reflexión.

O no.

P.D: te dejo uno de los podcast de venta en la biblioteca.

P.D.2: te voy a lanzar un conjuro. La próxima vez que te encuentres caga**o en el baño mirando el teléfono, te vas a acordar de mi libro. Te vas a dar cuenta de que estás enganchado y lo vas a tener que comprar. Aviso 😏

P.D.3: suscríbete, que no muerdo.